Capitulo 1

-Ya hemos llegado, el numero 13 de la calle Arnold Grove- escuchó Alice, cuando su madre la movió para despertarla, bajó dormilada de aquel automovil, no es muy agradable para una niña de 6 años, no es muy agradable viajar cuatro horas en un auto, a un lugar extraño para ella, nuevo y desconocido, salió corriendo de aquel auto, y entró a esa humilde, pero  hermosa casa, subió las escaleras y entró a un cuarto no tan grande, con un ventanal realmente grande, con vista a un hermoso y frondoso roble.
-Aliceee...- Grito su madre, desde abajo de las escaleras -¿Escogiste tu habitación?-.
-Si, mamá -contestó ella, un poco cansada- Sube tus cosas, empieza a organizar, ya es un poco tarde-.
Alice, empezó subiendo sus juguetes y luego su ropa; en ese momento sonó la puerta y ella no pudo contener su curiosidad para ver quien era.
Su madre abrió la puerta y vieron a una mujer, de cara muy agradable que venia con un niño de la misma edad de Alice de la mano:
 -  Mucho gusto, mi nombre es Louise Harrison French y el es mi hijo George, se que acaban de llegar y pensé que seria agradable traerles algo de comer.
- El gusto es todo mio, soy Alberta Clairy Jhonson, sigue Louise estas en tu casa, sigue, ella es mi hija Alice.

Louise soltó a George, y lo dejó en la mitad de la sala juntó a Alice y se acerco a ella sin vacilar
- Hola mi nombre es George y vivo aqui al lado- dijo el estirando su manita hacia ella, la cual ella tomo y le dijo- mucho gusto, soy Alice, bueno, ahora que nos presentamos, que te parece si vamos a jugar, aun no conozco esta casa y me aburro mucho- dijo ella sin tapujo alguno.
-Esta bien, vamos a jugar a patio trasero-
Así los dos chiquillos salieron corriendo y entre risas y diversión las horas pasaron rápidamente.Las madres de George y Alice los llamaron hasta casi quedar sin aliento, pero, no obtuvieron respuesta alguna; pobres madres no encontraban consuelo alguno a su dolor e imaginaron que sucederia si no hallaban a esas nobles criaturas. Después de mucho buscar, Alberta se sentó en la mesa derrotada por la pena y el cansancio y sintio algo mullido debajo de la mesa y grito:-¡¡ Louise, los encontre!!.

Bajo la mesa, entre un montón de almohadas se encontraban los dos pequeños acurrucados durmiendo, protegiéndose uno a otro. Cada madre tomo a su hijo y lo despertó, los dos niños respondieron y pidieron a sus madres volver a verse al otro día; fue en ese momento cuando las dos comprendieron que allí había nacido una amistad muy fuerte que ellas no podían romper, así que accedieron.
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Agradezco su atención y espero q les guste